Secretarios y escretarios
- Marta Lismán
- 28 oct 2021
- 2 Min. de lectura

¡Me encantan estos gazapos! Cuando doy con uno me relamo como un gato ante un ratón.
Relata El Confidencial cómo el vicepresidente segundo Pablo Iglesias, su señora y sus tres retoños han tenido que salir por patas de su destino vacacional en Asturias por las amenazas fascistas y el acoso de la extrema derecha que “supura odio”, según palabras del “ESCRETARIO” general del Partido Comunista, Enrique Santiago.
Y yo me pregunto ¿es “escretario” un lapsus calami o lapsus clavis? ¿O es quizás un lapsus al estilo freudiano también conocido como parapraxis? Es decir ¿se le han bailado las teclas al escritor al mecanografiar “secretario” o le ha traicionado el subconsciente y ha conjugado el verbo excretar -a pesar de la s- dado que el susodicho “escretario” hablaba de supuraciones? La verdad es algo que nunca sabremos. Nunca hallaremos lo que se esconde tras este jugoso gazapo. Nunca conoceremos la realidad, ni jamás averiguaremos por qué se le descolocaron la ese y la e para dar pie a tan desafortunado juego de palabras que equivaldría a traducir “máximo dirigente de algunas instituciones y partidos políticos” (según la cuarta definición de la RAE) por “la máxima excrecencia del Partido Comunista”. Como digo, un desliz muy poco afortunado.
Realmente es curioso que haya dado tanto (presunto e hipotético) rodeo el subconsciente del periodista. No hacía falta irse tan lejos, no era necesaria la paronomasia, dado que hay un verbo mucho más semejante fonéticamente y de igual significado: secretar, que si bien es cierto que es menos escatológico, no le anda a la zaga. Así pues, teniendo el verbo secretar tan a la mano, significando éste segregar, “expulsar una sustancia”, ¿por qué irnos a otro mucho más concreto con la sustancia expelida?
Como decía: nunca lo sabremos.
Los caminos del subconsciente son inescrutables.
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